Espanyol le encendió los aspersores a Barcelona para aguarle la fiesta
Los Azulgranas se coronaron nuevamente en LaLiga tras imponerse por 2-0 en el clásico y hubo final caliente en Cornellà-El Prat; los locales no querían saber nada con festejos en sus narices y tomaron un camino bochornoso.

Barcelona se consagró campeón este jueves de LaLiga de España nada menos que venciendo en el clásico catalán a Espanyol, como visitante por 2-0, reeditando lo sucedido hace dos años en el mismo escenario, con victoria por 4-2 para su anterior coronación local. Se sabe que en la ciudad no se toman el derby a la ligera y, en aquella ocasión, una invasión de campo coartó los festejos por el título. Esta vez, con fuertes medidas de seguridad para evitarlo, el papelón llegó por otro lado.
Si bien ya ganaba desde los albores del complemento con gol de Lamine Yamal, el equipo de Hansi Flick le puso la frutilla al postre con un gol en el descuento de Fermín López, en un trámite caldeado al punto de que el local se había quedado con diez por un codazo de Leandro Cabrera a Yamal. El cierre llegó así en los peores términos y tras el pitazo final no faltaron jugadores anfitriones que se les fueron al humo a los campeones recriminándoles cualquier festejo.
Espanyol le prendió los aspersores a Barcelona para aguarle la fiesta

Mientras el entrenador visitante animaba a sus dirigidos a encaminarse a vestuarios mientras aún algunos pretendían, naturalmente, celebrar en el campo, alguien abrió las llaves de los aspersores y se activó un profuso sistema de riego sobre todo el césped, mojando a los protagonistas sin lograr apagar el fuego de su alegría. En una noche cálida de casi 20 grados, la jugada no impidió que muchos saltaran y cantaran bajo el agua en ese marco caótico pero feliz.
Igual, no tardaron en resguardarse en camarines para seguir con su fiesta, mientras Espanyol volvía a dejar ante el mundo una imagen bochornosa de mal perdedor.

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