Que no se hable de Gallardo: el primer éxito de Demichelis
Luego de la salida del mejor técnico de la historia de River, había dudas sobre la sucesión. Micho va construyendo su camino y no es poco lo que consiguió hasta el momento...
Ser entrenador de River no es sencillo. Ser entrenador de River sin mucho recorrido previo ya es complicado. Y ser entrenador de River luego del ciclo más exitoso de la historia de la institución pareciera una tarea directamente imposible. Pero allí está Martín Demichelis, quien retornó al club con un manto de intriga sobre su persona y empieza a dejarnos, luego de un puñado de meses, las primeras respuestas.
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Se hablaba que tras la ida del Muñeco quien llegara, a priori, era un técnico de transición. En el fútbol es bastante complicado sostener una hegemonía y cuando un ciclo acaba, construir una nueva hegemonía es una tarea netamente dificultosa. Se necesita no solo el tiempo, que en nuestro medio es urgencia pura, sino también un trabajo sostenido de ensayos, errores, correcciones, desarrollo y, básicamente triunfos y consecuentes títulos. River, acostumbrado a ganar y a competir, y luego de un 2022 discreto, apostó por un perfil determinado. Se trataba de un tipo de entrenador a la medida de esta dirigencia, ungido por esta propia dirigencia, formado como persona y jugador en River Plate. Había que rodearlo con un grupo de trabajo criterioso y afín y por ello se decidió que muchachos del proceso de Gallardo estuvieran a su alrededor. Todo ello, a priori, es una apuesta y al mismo tiempo una estrategia que puede salir bien o mal. Siempre va a depender de la pelotita.
Demichelis, sobre el debut de su hijo:
Es que uno podría pensar en aquel momento, ¿el Gallardismo sin Gallardo funcionará? En primera instancia, daba la sensación de que se buscaba una continuidad con cambio, como aquel slogan fallido de Daniel Scioli para las elecciones presidenciales de 2015. ¿Se cambia? ¿O tratamos de seguir igual? ¿Cómo seguís igual sin el mejor entrenador de la historia de River">
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Claro que muestra señales positivas el bueno de Martín: corrige. En los partidos donde manca, hay lectura y tratamiento de los problemas. Incluso vemos al entrenador en tiempo real solucionando conflictos del juego, tal como los propuestos por Gabriel Heinze en el último partido con Newell's. Activo, metido, Demichelis intervenía, modificaba, corregía aspectos, de manera decidida. Mientras, el equipo empieza a mostrar buenos pasajes de fútbol en cada vez más minutos de los partidos.Jugadores que parecían no estar a la altura disponen una prestación renovada que no creíamos que tenían. River, de a poco, emerge en base a las cosas que hace bien pero también en las que hace mal. Prueba y error.
Falta mucho. Ojalá los títulos propiamente dichos refrenden este primer momento del ciclo Demichelis. Mientras tanto, podemos ir tachando aquellos objetivos que pacientemente se van cumpliendo. Por supuesto, construir sobre bases sólidas ha ayudado. Y esto, no lo duden, es uno de los tantos legados del Muñeco Gallardo.
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