El día que Maradona apareció en el GP de Monaco, no consiguió hotel y desató el caos
En plena sanción por doping, el ídolo argentino sorprendió a todos en la Fórmula 1, se sacó fotos con leyendas del automovilismo y deslizó que podía jugar en Brasil.

El 28 de mayo de 1995, Montecarlo fue testigo de uno de los tantos episodios inesperados protagonizados por Diego Maradona, quien irrumpió en el glamoroso mundo de la Fórmula 1 acompañado por su esposa, Claudia Villafañe. Su presencia no pasó desapercibida: entre autógrafos, entrevistas y la búsqueda fallida de alojamiento, el Diez volvió a dejar su marca en un escenario impensado.
En ese momento, Diego atravesaba la sanción impuesta por la FIFA tras el control antidoping positivo en el Mundial de Estados Unidos 1994. Aun así, su figura seguía generando atención mundial: durante su aparición fue abordado por periodistas brasileños que querían saber si jugaría en Santos. Su respuesta, como siempre, generó ruido: “Estamos a un 80 por ciento…”.
Tras tomarse el tiempo para firmar camisetas en el paddock y posar para las cámaras, Diego se dirigió al sector de Ferrari, donde protagonizó un cálido saludo con Niki Lauda, el histórico piloto austríaco que en ese entonces oficiaba como asesor de la escudería italiana.

Durante su paso por los boxes, también se encontró con otras figuras como Michael Schumacher (le dio una gorrita a Diego y terminó siendo el ganador) y Alain Prost, con quienes compartió fotos y breves charlas. Lejos de parecer un simple espectador, se movía como uno más entre las leyendas del automovilismo, despertando la atención de todos a su paso.
Montecarlo, acostumbrado al lujo y la extravagancia, vivió una jornada distinta. La llegada de Diego fue tan sorpresiva que ni siquiera tenía hotel reservado, lo que generó un revuelo entre la organización y los encargados de alojamiento de la ciudad.

Aquel día en el Principado fue una postal de lo que siempre fue Maradona: carismático, impredecible y capaz de generar revuelo incluso lejos de una cancha de fútbol. Aunque nunca firmó con Santos, poco después concretaría su regreso a Boca, cerrando así un capítulo más en su carrera repleta de giros inesperados.
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